jueves, 10 de enero de 2013

Lluvia domesticada







 

















2 comentarios:

Diario de un hombre muerto dijo...

MIS RAICES SE HUNDEN EN LAS FERTILES Y SOLEADAS CAMPIÑAS DEL SUR,PERO MIS SUEÑOS SE ENREDARON SIEMPRE EN LOS BRUMOSOS,OSCUROS Y MITICOS BOSQUES DEL NORTE.PARA SENTIRME VIVO AHORA QUE ESTOY MUERTO,SUEÑO QUE LA LLUVIA ME CALA HASTA LOS HUESOS,ALGO QUE EN LAS CIRCUNSTANCIAS ACTUALES NO ES MUY DIFICIL.¿PORQUE LA MELANCOLIA ME HACE SENTIR BIEN?...Y LA LLUVIA.

Francisco Marchante dijo...

Caminar sin nada sienta de maravilla, así que el cuerpo y todas sus costumbres sospechan siempre de la lluvia con el temor de ser disueltos (quizá poco a poco, quizá arrancados de una sola vez por algún diluvio repentino), cosa que los huesos, me parece, ansían. Así que no me extraña que el esqueleto que usted es ahora se alegre con la melancolía y la lluvia, ya que en esas circunstancias la tristeza y la alegría, absurdamente separadas por el uso de los paraguas, no son otra cosa que tiempo; un tiempo pequeñito y gozoso que ocupa sin hacer ruido y desafiando a la gravedad los vacíos que hay entre las gotas de agua. Eso en mi humilde opinión de paseante, claro.

Yo me vine al Norte hace poco y qué le puedo decir…mejor nada, y nos damos un paseo bajo la llovizna de hoy por algún sendero del bosque.